¿Cómo afecta la visión al rendimiento escolar de tu hijo?
Acaba de terminar un curso escolar cuando menos extraño. Como efecto positivo, que ha podido tener la situación vivida, está el aumentar el tiempo de convivencia con tus hijos en edad escolar. Compartir con ellos ocio, diversión y trabajos escolares…
Este incremento del tiempo de convivencia puede haberte ayudado a detectar comportamiento o situaciones que en muchos casos están relacionadas con problemas visuales. Si existen estos problemas y no se identifican y tratan adecuadamente, pueden ser decisivos en el rendimiento escolar de nuestros hijos. Un gran porcentaje de la información, hasta un 70%, procede de la visión. Si tu hijo no ve bien, la información que proceso su cerebro no será la adecuada y, lógicamente, su rendimiento escolar tampoco.
¿A que debemos prestar atención para detectar un problema visual?
- Dolores de cabeza después de leer.
- Acercarse mucho a la tele o la tablet.
- Ojos enrojecidos, llorosos, irritados o entrecerrados
- Rechazo a la lectura y actividades en las que se utilice la visión de cerca.
- Pestañeo más frecuente de lo habitual.
- Mala alineación de los ojos.
Todos estos comportamientos son sintomáticos de algún defecto visual. Las afecciones visuales más comunes que podemos encontrar en los niños son:
- La miopía, que produce una reducción de la visión de lejos.
- La hipermetropía, que reduce la visión de cerca
- Astigmatismo, que provoca que las imágenes se vean distorsionadas.
Durante la etapa escolar nos encontramos con frecuencia con:
- Ambliopía, se da cuando el niño ve mal por uno de los ojos y utiliza principalmente el otro.
- Estrabismo, un problema de alineamiento ocular que afecta al 4% de los niños.
- Daltonismo, que es la dificultad para distinguir algunos colores.
Detectar un defecto visual no es fácil, a veces pasan desapercibidos, tanto a padres como a profesores, por lo que es muy recomendable realizar revisiones periódicas.
Desde ahora y hasta el inicio del curso en una época ideal para revisar la visión de tu hijo. Así te asegurarás de iniciar el nuevo curso con todas las garantías y la tranquilidad de haber identificado y corregido los posibles problemas visuales que estén impidiendo el buen rendimiento de tu hijo en clase.