Tras varios años de trabajos para probar la seguridad de las células madre inyectadas directamente en el ojo, el IOBA inicia un ensayo clínico, autorizado por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios para intentar tratar la neuropatía óptica isquémica. Se trata de una especie de infarto del nervio óptico, que afecta a personas mayores, produciendo ceguera irreversible y que hasta el momento carece de cualquier tratamiento. Esta enfermedad puede afectar a los dos ojos de los pacientes hasta en un 25% de los casos.
La técnica desarrollada por el IOBA se basa en la inyección de células madre, producidas por la empresa vallisoletana Citospin y que el IOBA viene realizando, dentro del programa de desarrollo de las denominadas terapias avanzadas con el apoyo de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. El IOBA sigue reclutando pacientes para este ensayo y espera poder ofrecer resultados en unos meses, aunque los primeros indicios son muy satisfactorios. El estudio es el primero en el mundo de estas características y la tolerancia a corto plazo de los pacientes es excelente, sin observarse efectos adversos. En breve se iniciará un estudio multicéntrico sobre esta misma enfermedad y con el mismo tipo de células, con otros tres centros españoles, dos de Madrid y uno de Barcelona, financiado por el Instituto de Salud Carlos III. Si el tratamiento es efectivo los pacientes pueden llegar a conservar un aceptable grado de visión evitando la ceguera.
El IOBA apuesta fuertemente por las terapias avanzadas, que permiten abordar enfermedades que hasta ahora no tenían cura. En las enfermedades de la parte anterior del ojo ya hay casi 100 pacientes tratados por el Instituto vallisoletano, algunos seguidos durante más de cuatro años y con casi un 90% de éxito. El tratamiento que ahora se evalúa puede abrir la puerta a tratar graves enfermedades del nervio óptico que en general carecen de tratamiento alternativo.