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OCTUBRE: MES DEL DESPRENDIMIENTO DE RETINA

¿Qué es un desprendimiento de retina?

La retina es una fina capa de células nerviosas que recubre el interior del ojo. Es sensible a la luz (como la película en una cámara) y se necesita para poder ver correctamente. La retina se desprende porque aparecen uno o más agujeros que permiten que el líquido que ocupa la cavidad interior del ojo (cavidad vítrea) pase a su través y levante la retina de manera similar a una burbuja de aire en un papel de pared.

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Este líquido hace que la retina se separe de los tejidos de apoyo y nutrientes debajo de ella. Pequeños vasos sanguíneos también podrían dañarse produciendo un sangrado en la cavidad vítrea y causando una mayor borrosidad en la visión.

Sin tratamiento, un desprendimiento de retina por lo general conduce a la ceguera en el ojo afectado.

Causas del desprendimiento de retina

La mayoría de los desprendimientos de retina ocurren como parte del proceso de envejecimiento natural del ojo. Con la edad, el gel que rellena el ojo (vítreo) se hace menos gelatinoso y más líquido. Algunas zonas del vítreo están pegadas a la retina con mayor fuerza pudiendo tirar de la retina y causando agujeros en ella. Aunque cualquier persona puede desarrollar un desprendimiento de retina, ciertas personas tienen mayor riesgo que otros: personas con miopía severa, operados de cataratas o las que han sufrido un trauma ocular directo severo. Algunos tipos de desprendimientos de retina pueden tener un componente familiar, pero éstos casos son raros.

Síntomas del desprendimiento de retina

El paciente puede percibir destellos de luz (como relámpagos) y la aparición súbita de nuevas manchas o sombras volantes y una pérdida del campo visual, primero periférico y después central con disminución de la agudeza visual.

Tratamiento para el desprendimiento de retina

El tratamiento implica cirugía. Durante la operación, el oftalmólogo “sellará” los agujeros de la retina. Para ello realizará uno de los siguientes procedimientos:

  1. Retinopéxia neumática: indicada en pocos casos. Consiste en la introducción de una burbuja de gas que taponará el agujero. Posteriormente el oftalmólogo aplicará frio o láser. El paciente debe mantener la cabeza en una determinada posición para que la burbuja tapone adecuadamente el agujero retiniano.
  2. Crioterapia y cerclaje escleral: Con esta técnica, podemos cerrar los agujeros de la retina mediante la aplicación de “cinturón\» (cerclaje) alrededor la pared del ojo. El cinturón puede ser de material esponjoso o de material sólido como de silicona. Se coloca sobre la esclera (“parte blanca del ojo) y generalmente se deja de manera permanente.
  3. Vitrectomía, crioterapia e inyección de gas o aceite de silicona. Para la cirugía de vitrectomía, el cirujano hace pequeños cortes en el ojo, elimina el vítreo desde el interior y trata los agujeros con láser o crioterapia (congelación). Esto provoca una adherencia y una cicatrización y que sellará los agujeros. Generalmente se introduce una burbuja de gas o de aceite de silicona en el ojo. Esto mantiene la retina en su posición hasta que se produce la cicatrización que tarda aproximadamente unos 10 días.
  • Si se usa una burbuja de gas, el líquido que rellena el ojo la reemplazará con el tiempo. Según el tipo de gas introducido, la burbuja puede durar de dos semanas a dos meses.

El paciente no debe volar mientras tiene gas en el ojo (aproximadamente de tres a 12 semanas dependiendo de qué gas se utiliza). El oftalmólogo debe aconsejar exactamente cuánto tiempo. Es posible que tras la intervención el paciente deba mantener una posición específica de la cabeza.

  • Si se usa aceite de silicona, es posible que haya que quitarlo mediante otra operación varios meses después de la primera cirugía.

La visión después de la cirugía

Después de la cirugía, por lo general se tarda algunas semanas hasta que la visión se recupera y no en todos los casos se recupera la visión que se tenía anteriormente. Si se usa una burbuja de gas, la visión será muy borrosa inmediatamente después de la cirugía. Una vez que se logra que la retina quede unida, la visión puede continuar mejorando lentamente durante varios meses. Es posible que se requiera una nueva graduación.

La visión final dependerá de muchos factores, entre los que destacan: tipo de desprendimiento de retina, diagnóstico y tratamiento precoz, cantidad de visión en el momento del diagnóstico, presencia de hemorragia vítrea, presencia de procesos cicatriciales retinianos como la vitreorretinopatía proliferante.

Riesgos de la cirugía de desprendimiento de retina:

La cirugía de desprendimiento de retina no siempre es exitosa. Cada paciente es diferente y algunos desprendimientos son más complicados de tratar que otros. Algunos pacientes pueden necesitar más de una operación.

Las complicaciones son poco frecuentes y en la mayoría de los casos se pueden tratar de manera eficaz. Raramente, algunas complicaciones pueden resultar en ceguera permanente.

Posibles complicaciones después de la operación:

 Enrojecimiento ocular o hematoma en los párpados.

 Elevación de la tensión ocular.

 Inflamación dentro del ojo.

 Catarata.

 Visión doble.

 Infección en el ojo (endoftalmitis)-muy raro, pero podría conducir a la pérdida total de la visión.

 Vitreorretinopatía proliferante.

Cirugía adicional

Hasta un 10-25% de las personas sometidas a la cirugía del desprendimiento de retina, desarrollan otros agujeros en la retina o desarrollan un tejido cicatricial excesivo (vitreorretinopatía proliferante), incluso meses después de una primera cirugía exitosa. Estos pacientes pueden requerir cirugías adicionales.

Cataratas

Debido al gas que se introduce durante la cirugía, se puede desarrollar una catarata en el ojo operado: hasta el 80% requieren intervención de catarata en los 3 años posteriores a la cirugía.

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