Todo lo que debes saber sobre el Síndrome Visual Informático (SVI)

El síndrome visual informático (SVI), también conocido como fatiga visual digital, es un conjunto de síntomas relacionados con el uso prolongado de dispositivos electrónicos como computadoras, tabletas, y teléfonos móviles.

El SVI puede empeorar con el tiempo si no se toman medidas correctivas, afectando la productividad y la calidad de vida. Identificar y abordar los factores que contribuyen al síndrome es clave para prevenir complicaciones a largo plazo.

Desde el IOBA os contamos todo lo que debes saber sobre este fenómeno que ha ganado relevancia en los últimos años debido al aumento del tiempo que las personas pasan frente a pantallas, tanto por trabajo como por ocio.

Causas del Síndrome Visual Informático

  1. Uso prolongado de pantallas: Mirar pantallas durante horas sin pausas contribuye al esfuerzo visual.

  2. Parpadeo reducido: La frecuencia de parpadeo disminuye significativamente al usar pantallas, causando sequedad ocular.

  3. Iluminación inadecuada: Mala iluminación ambiental o deslumbramiento puede intensificar el esfuerzo visual.

  4. Distancia y ángulo incorrectos: Mantener dispositivos a distancias o ángulos inapropiados sobrecarga los ojos.

  5. Configuraciones de pantalla: Brillo, contraste, y tamaño de letra mal ajustados agravan el problema.

Síntomas comunes

El síndrome visual informático incluye una variedad de síntomas, entre los cuales destacan:

  • Ojos cansados o irritados.

  • Visión borrosa o dificultad para enfocar.

  • Sequedad ocular.

  • Dolor de cabeza.

  • Dolor en cuello y hombros (debido a la postura).

  • Sensibilidad a la luz.

Si los síntomas persisten, no olvides que es importante que consultes con nuestros oftalmólogos.

Prevención del SVI

  1. Regla 20-20-20. Cada 20 minutos, mirar un objeto a 20 pies (6 metros) de distancia durante 20 segundos.

  2. Parpadear con frecuencia. Hacer un esfuerzo consciente para parpadear y mantener los ojos lubricados.

  3. Uso de lágrimas artificiales. Ayuda a reducir la sequedad ocular.

  4. Ajustar la configuración de la pantalla. Reducir el brillo, ajustar el contraste y usar filtros de modo nocturno.

  5. Ergonomía visual. Colocar la pantalla a unos 50-70 cm de los ojos y mantener la parte superior de la pantalla a nivel de los ojos.

  6. Ambiente adecuado. Evitar reflejos en la pantalla y usar iluminación indirecta y suave.

  7. Pausas regulares: Levantarse y moverse cada 30-60 minutos para relajar los ojos y el cuerpo.